CUENTOS POR TELFONO - GIANNI RODARI1 NDICECUENTOS POR TELFONO - GIANNI RODARI2 NDICECUENTOS POR TELFONO - GIANNI RODARINDICE1. Juan el distrado.52.
Feb 27, 2018 - Cuentos por telefono gianni rodari pdf antes de 23 hrs y 33 mins y elige Envio 1 dia al completar tu pedido. Textos cortos, ingeniosos, incisivos.
El edificio que haba que romper.63. El edificio de helado.84.
El pas sin punta.95. El pas con el des delante. El camino de chocolate. Los hombres de mantequilla.
Brif, bruf, braf. En la playa de Ostia. Historia del reino de Comilonia. Vamos a inventar los nmeros.
La anciana ta Ad a. Refranes antiguos. El ratn que coma gatos. El semforo azul. La palabra llorar. Jaime de Cristal.
Ascensor para las estrellas. El autobs nmero 75. El caramelo instructivo.
Aprobado ms dos. 283 NDICECUENTOS POR TELFONO - GIANNI RODARIrase una vez.
El seor Bianchi de Varese. Su profesin de viajante de comercio le obligaba a viajar durante seis da a la semana, recorriendo toda Italia, al este, al Oeste, al Sur, al Norte y al centro, vendiendo productos medicinales. El sbado regresaba a su casa y el lunes por la noche volva a partir. Pero antes de marcharse, su hija le recordaba:- Ya sabes, pap: un cuento cada noche.Porque aquella nia no poda dormirse sin que le contaran un cuento, y su mam le haba explicado ya todos los que saba, incluso tres veces. Y as cada noche, estuviera donde estuviese, el seor Bianchi telefoneaba a Varese a las nueve en punto y le contaba un cuento a su hija.Este libro es, pues, precisamente el de los cuentos del seor Bianchi. Veris que todos son un poquito cortos: claro, el seor Bianchi tena que pagar las conferencias de su bolsillo y por eso no poda hacer llamadas muy largas. Solo alguna vez, cuando haba realizado un buen negocio, se permita unos minutos de ms.
Me han dicho que cuando el seor Bianchi telefoneaba a Varese, las seoritas de la telefonica suspendan todas las llamadas para escuchar sus cuentos. Algunos son tan bonitos.4 NDICECUENTOS POR TELFONO - GIANNI RODARIJuan el distrado- Mam, voy a dar un paseo.- Bueno, Juan, pero ve con cuidado cuando cruces la calle.- Est bien, mam. Adis mam.- Eres tan distrado.- S, mam. Adis, mam.Juanito se marcha muy contento y durante el primer tramo de calle pone mucha atencin. De vez en cuando se para y se toca.- Estoy entero? S - y se re solo.Est tan contento de su propia atencin, que se pone a brincar como un pajarito, pero luego se queda mirando encantado los escaparates, los coches y las nubes, y, lgicamente, comienzan los infortunios.Un seor le regaa amablemente:- Pero qu despistado eres!
Ya has perdido una mano.- Anda, es cierto! Pero que distrado soy!Se pone a buscarse la mano, pero en cambio se encuentra un bote vaco y piensa: 'Estar vaco de verdad? Y que haba dentro antes de que estuviese vaco? No habr estado vaco siempre, desde el primer da.'
Juan se olvida de buscar su mano y luego se olvida tambin del bote, porque ha visto un perro cojo, y he aqu al intentar alcanzar al perro cojo antes de que doble la esquina, va y pierde un brazo entero. Pero ni siquiera se da cuenta de ello y sigue corriendo. Una buena mujer lo llama:- Juan, Juan!, tu brazo!Pero qui!, ni la oye.- Qu le vamos a hacer! - suspira la buena mujer. Se lo llevar a su mam.Y se dirige hacia la casa de la mam de Juan.- Seora, aqu le traigo el brazo de su hijito.- Oh, que distrado es! Ya no s qu hacer ni qu decirle.- Ya se sabe, todos los nios son iguales.Al cabo de un rato llega otra buena mujer.- Seora, me he encontrado un pie. No ser acaso de su hijo Juan?- S, es el suyo, lo reconozco por el agujero del zapato.
Oh que hijo tan distrado tengo! Ya no s qu hacer ni qu decirle.- Ya se sabe, todos los nios son iguales. Al cabo de otro rato llega una viejecita, luego el mozo del panadero, luego un tranviario, e incluso una maestra retirada, y todos traen algn pedacito de Juan: una pierna, una oreja, la nariz.- Es posible que haya un muchacho mas distrado que el mo?- Ah, seora, todos los nios son iguales.Finalmente llega Juan, brincando sobre una pierna, ya sin orejas ni brazos, pero alegre como siempre, alegre como un pajarito, y su mam menea la cabeza, se lo coloca todo en su sitio y le da un beso.- Me falta algo, mam?
He estado atento, mam?- S, Juan, has estado muy atento.5 NDICECUENTOS POR TELFONO - GIANNI RODARIEl edificio que haba que romperHace tiempo, la gente de Busto Arsizio estaba preocupada porque los nios lo rompan todo. No hablamos de las suelas de los zapatos, de los pantalones y de las carteras escolares, no: rompan los cristales jugando a pelota, rompan los platos en la mesa y los vasos en el bar, y si no rompan las paredes era nicamente porque no disponan de martillos.Los padres ya no saban qu hacer ni qu decirles, y se dirigieron al alcalde. Les ponemos una multa? Propuso el alcalde. Muchas gracias exclamaron los padres -, pero as, los que tendramos que pagar losplatos rotos seramos nosotros.Afortunadamente, por aquellas partes hay muchos peritos. De cada tres personas una es perito, y todos peritan muy bien.
Pero el mejor de todos era el perito Cangrejn, un anciano que tena muchos nietos y por lo tanto tena una gran experiencia en estos asuntos. Tom lpiz y papel e hizo el clculo de los daos que los nios de Busto Arsizio haban causado rompiendo tantas y tan bonitas cosas. El resultado fue espantoso: milenta tamanta catorce y treinta y tres. Con la mitad de esta cantidad demostr el perito Cangrejn podemos construir un edificio y obligarles a los nios a que lo hagan pedazos; si no se curan con este sistema, no se curarn nunca.La propuesta fue aceptada y el edificio fue construido en un cuatro y cuatro ocho y dos diez. Tena siete pisos de altura y noventa y nueve habitaciones; cada habitacin estaba llena de muebles y cada mueble atiborrado de objetos y adornos, eso sin contar los espejos y los grifos.
El da de la inauguracin se le entreg un martillo a cada nio y, a una seal del alcalde, fueron abiertas las puertas del edificio que haba que romper.Lstima que la televisin no llegara a tiempo para retransmitir el espectculo. Los que lo vieron con sus ojos y lo oyeron con sus odos aseguran que pareca Dios nos libre el inicio de la tercera guerra mundial. Los nios iban de habitacin en habitacin como el ejrcito de Atila y destrozaban a martillazos todo lo que encontraban a su paso. Los golpes se oan en toda Lombarda y en media Suiza. Nios tan altos como la cola de un gato se haban agarrado a armarios tan grandes como guardacostas y los demolieron escrupulosamente hasta que slo qued un montoncito de virutas. Los bebs de los parvularios, tan lindos y graciosos con sus delantalitos rosa y celeste, pisoteaban diligentemente los juegos de caf reducindolos a un finsimo polvo, con el que se empolvaban la nariz. Al final del primer da no qued ni un vaso entero.
Al final del segundo da escaseaban las sillas.
I first heard of this book by a radio commentator and poet. He used to read one story of this book every night he had a program. He recommended it to everyone who follows literature seriously, both consuming or producing oeuvres.
He specially suggested that the great ideas of the book can do a lot to every member of the previously mentioned group. The book is a set of so many very short stories of about 2 to 4 pages. There are a sum of about 50 stories in the book. They are bedtime stories that a I first heard of this book by a radio commentator and poet. He used to read one story of this book every night he had a program. He recommended it to everyone who follows literature seriously, both consuming or producing oeuvres. He specially suggested that the great ideas of the book can do a lot to every member of the previously mentioned group.
The book is a set of so many very short stories of about 2 to 4 pages. There are a sum of about 50 stories in the book.
They are bedtime stories that a fictional father told to his child over phone when he went on business trips. The greatest characteristic of them all is the wild imagination they have. For example in one of the stories a man's nose scape from him, and in another, a tourist goes to a country with a 'not' before it, i.e. They have 'not-hanger' from which they pick up every cloth they need, and they have 'not-canon' which they fire to end wars!, the Italian author of the book, first published them in a weekly magazine, and they became so popular that he then published them in a book. He won the Hans Christian Andersen Medal for children's literature after this book and other works he did for children.
I have not read his other books (actually, I have not seen any other Persian translations of his books), but if his other works are of this same quality, he certainly deserved the award. In fact, while reading the book, I wished I had a child so that I could read the book to him/her!